Uno de los productos estrella: La Monja Quina

por | 15, Feb 2024

Hoy en nuestro jueves histórico hablamos de uno de los productos estrella de la Bodega en las primeras etapas: La Monja Quina.
Un producto muy demandado y que fue protegido por tres patentes desde 1893 hasta 1902.
Cabe destacar que Ana Gómez Díaz Franzón ha realizado numerosos trabajos respecto al estudio de los vinos quinados.

En contexto, es importante saber que el vino de Jerez en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX fue famoso por sus capacidades medicinales. Tanto es así que numerosos médicos lo avalaban hasta mediados del XX.


Los productos quinados se caracterizaban por una base de quinina (obtenido del árbol de la Quina) y se presentaban como un remedio eficaz contra diversas enfermedades tales como la malaria, tifus, difteria… etc.
Las bodegas asociaban a la iconografía religiosa estas las facultades curativas del vino, generalmente y así aparecen muchas etiquetas de productos quinados de la época.

La bodega realizó numerosos productos quinados, whisky quina, cognac quina, ponche quina, etc.

En La Monja Quina nos encontramos ante una etiqueta que representa una hermana de la Caridad. Las hermanas de la Caridad dirigían el Asilo de la Infancia (situado en calle Compañía, número 5) del cual el fundador de la bodega ,Cayetano del Pino Vázquez, fue un gran donante y su esposa, Bernabea Balbontín fue voluntaria en la Institución creada por Ana de O.Buck y la Marquesa viuda de Bertemati. Es una etiqueta de finales del s.XIX.

resguardo de la relación comercial entre Cayetano del Pino y Ramos-Catalina

Con el auge del negocio del vino y el crecimiento comercial de Jerez, la sociedad se unió a los parientes jerezanos en la calle Medina. Este cambio marcó un nuevo capítulo para la empresa, que en septiembre de 1920 adoptó el nombre de Víctor Ramos-Catalina, consolidando su presencia en el sector.

El resguardo de crédito que presentamos no solo es relevante por su contenido financiero, sino también por el detalle de su diseño. Fue realizado por la renombrada imprenta de Pedro Rino, situada en la calle Consistorio 10 de Jerez. Esta imprenta también es conocida por haber publicado la revista Jerez, una revista mensual dedicada a la promoción de los vinos jerezanos que tuvo de director a Fernando Carrasco.