Con la Feria de Jerez a la vuelta de la esquina, compartimos un valioso recorte del periódico El Guadalete, publicado en abril de 1903. En él se recoge la lista de contribuyentes que colaboraron económicamente con los festejos de la feria. Entre los nombres de bodegas míticas como González Byass, Pedro Domecq, Díez Hermanos o Valdespino, destaca el de nuestro fundador: D. Cayetano del Pino Vázquez, con un donativo de 100 pesetas.
Cayetano fue un apasionado de la feria y un firme defensor de la vida social y cultural de Jerez. Su implicación no solo respondía al compromiso empresarial con la ciudad, sino también a un lazo personal muy especial: su amistad con Julio González Hontoria, figura clave en la modernización de Jerez y en la creación del parque que hoy lleva su nombre —el corazón de la feria actual.
La Feria de Jerez, tal como la conocemos hoy, es heredera de una rica tradición que hunde sus raíces en las antiguas ferias de ganado del siglo XIII. Con el paso del tiempo, aquel encuentro comercial evolucionó hasta convertirse en una gran celebración del caballo, el vino, el flamenco y la hospitalidad jerezana.
A comienzos del siglo XX, la feria comenzó a consolidarse como una fiesta urbana de gran envergadura, y su organización dependía del esfuerzo conjunto de comerciantes, ganaderos y bodegueros. Las casas del vino no solo abrían sus casetas para ofrecer lo mejor de sus soleras, sino que también contribuían económicamente para que la feria pudiera celebrarse con todo su esplendor.
Hoy, más de un siglo después, nos enorgullece mirar atrás y recordar cómo desde sus inicios nuestra bodega ha estado unida al espíritu generoso de la feria. Una celebración que no solo rinde homenaje a nuestras tradiciones, sino también a las personas que, como Cayetano del Pino, entendieron que el vino y la ciudad siempre deben caminar de la mano.
Os esperamos con ilusión en la caseta nº66. Disfrutad con alegría… y con moderación.
Feliz jueves.