Por Yago Yerga. Cayetano del Pino Vázquez fue un gran amante de los toros. En el periódico jerezano El Guadalete (1837-1936) hay numerosas referencias a patrocinio de festejos y a donaciones de vino para sufragar gastos en las ferias. De entre las más de 600 etiquetas que realizó la bodega en el siglo XX hay muchas que abordan la temática del rejoneo, de la fiesta y también de algunos personajes célebres de la época. Hoy nos centraremos en Antonio Moreno y Fernández » Lagartijillo».
«Lagartijillo», nacido en Granada y fallecido en Madrid, es recordado por su valentía y arrojo en el mundo del toreo. Su carrera comenzó en su ciudad natal y, tras ganar experiencia en Andalucía, se trasladó a Madrid en 1888. Aunque su técnica era considerada rudimentaria, su eficacia le ganó el cariño del público. Su alternativa, tomada de manos de «Frascuelo» con el toro «Romito», marcó un hito en su carrera, aunque esta no alcanzó las expectativas iniciales. «Lagartijillo» vivió momentos de gloria y otros de fortuna desigual, reflejando la imprevisibilidad y el desafío del arte del toreo.
Una vez retirado permanece en Madrid, donde fallecerá en el Sanatorio Villa de Luz en Diciembre de 1929.
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